lunes, 30 de octubre de 2006

El Código Unedinci

"En una solución habitacional del centro de Madrid aparece muerto un alumno de psicología de la UNED. Sobre su cuerpo aparece escrito con baba de caracol un misterioso mensaje codificado que contiene una sola palabra: ESQUIROL. Jesús, el portero de la finca, experto jugador de mús y por ende en señas secretas, junto con varios compañeros del fallecido, se internará en un laberinto de traiciones, asesinatos y tesoros ocultos relacionados con una sociedad secreta que tiene casi mil años de antigüedad y que guarda celosamente un secreto que, si se desvelara, podría conmocionar al mundo académico, especialmente el dedicado a la enseñanza a distancia: el examen perfecto, que mediría con absoluta fiabilidad los conocimientos del alumno; un examen redactado sin errores y sin preguntas que anular. Diversos escenarios exóticos, asesinos a sueldo, el becario que redacta los exámenes de psicología, profesores despiadados e incluso el fantasma de Freud se dan cita en esta nueva novela de intriga que cautivará a todos por igual."

Cuando me acuerdo de los examenes que "he sufrido" en la UNED mis parámetros psicofisiológicos se disparan por encima de los niveles considerados normales, o sea, que me entra una mala leche tal que tengo que acudir al Manual de Técnicas de Modificación de Conducta que estoy estudiando para ver cómo hay que controlar la mala leche y tranquilizarse. ¿Y por qué te pasa eso, Manolito? se preguntarán ustedes. Pues porque tanto el sistema de estudio, como la materia y la manera de evaluar el aprendizaje están totalmente descompensados en mi opinión. Pero esto es asumible; uno se hace a la idea de que tiene que estudiar doce temas de muchas, muchas páginas cada uno para que al final te entre una pregunta y cuarto y mitad de cada lección en el examen, y va y se los estudia. Pero lo que uno no puede controlar es que la pregunta y media que te hace el profesor sobre un tema esté mal redactada, o tenga dos opciones válidas, o no la entienda ni su tía. Ni que te quiten la hoja de preguntas cuando abandonas el aula de examen, ni que no tengas tiempo a copiar las preguntas para poder repasarlas, ni que por supuesto no haya luego un repaso del examen en esa herramienta llamada foro de la asignatura y que algunos profesores parecen desconocer , y que ayudaría a los alumnos a aprender de sus errores, que se supone que para eso estamos aquí, para aprender. A veces tienes un sentimiento de total indefensión, pues al no existir apenas comunicación entre los alumnos, es muy difícil intentar confirmar la existencia de errores que se producen en algunos exámenes. En toda mi vida escolar nunca me sucedió que una pregunta estuviera mal redactada y hubiera que anularla, entre otras cosas porque había un profesor a quien preguntar las dudas sobre los enunciados, cosa que no sucede aquí. Igual preguntas a un ingeniero, que a un filólogo o a la señora de la limpieza que se ha colado en el aula. 

Este artículo no tiene afán revanchista y por eso no citaré nombres ni asignaturas concretas, pero recuerdo un examen concreto en el que al final el profesor tuvo que anular cuatro de veinte preguntas tipo test. Y esto gracias a que gente como yo se dedicaran a copiar a mil por hora el examen en un folio y lo repasaran con el libro para ver si había preguntas erróneas y lo comentaran en el foro para contrastarlo con otros alumnos y poder por fin reclamar. Pues bien, los nervios se pusieron a flor de piel en el foro porque lo que el enseñante no entendía eran la ansiedad que tuvimos que soportar al ver que, añadidas a las preguntas que no sabíamos por nuestra ignorancia o falta de estudio, nos enfrentábamos a muchas preguntas que no podíamos discernir si eran erróneas o no (un 20%). Quizás esto fue una variable que inclinó la balanza del lado de los suspensos en muchos. A mí personalmente me hizo perder una matrícula de honor que, oh casualidad, podría haber conseguido en el examen de septiembre con mucha facilidad, a tenor del examen de esa fecha.

En el foro se llegó a las descalificaciones, no sólo por parte de los alumnos, y el profesor presentó en su defensa su extenso currículum académico y dijo que no tenía que justificarse ante los alumnos. Yo contesté que me reía de Janeiro, porque si una persona con su currículum no era capaz de redactar veinte preguntas correctamente, ¿cómo se le ocurría pretender que alumnos tan ignorantes respondieran igualmente a veinte preguntas de manera acertada?

Este es sólo un ejemplo de lo que me ha sucedido curso tras curso, cuatrimestre tras cuatrimestre. Incluso en las plantillas de corrección hay errores, con los consiguientes sustos. Se vé que hay gente que no es capaz de escribir las treinta letras seguidas de las respuestas sin equivocarse. Debe ser que con tanto estudiar las neuronas que controlan la precisión se mueren. Espero que a mí no me pase lo mismo, porque cuando controlo aviones en mi trabajo tengo que estar muy seguro de no equivocar ni una cifra, pues podría pasar que asignara dos niveles de vuelo idénticos para varios aviones y provocara un accidente. Pero claro, yo solo tengo en mis manos vidas humanas y debe ser que eso no es tan importante como ser profesor de universidad.
(Esta entrada tuvo originalmente nueve comentarios:

Andrés dijo... 
 
Hola Manolo, estoy contigo con el tema de los exámenes y sus plantillas. Increíble lo que está ocurriendo ultimamente, tienen prácticamente todo un año para hacer, rehacer y requetehacer un buen examen y cuando llega la hora resulta que o eliminan preguntas o en las plantillas se equivocan. En fin, que uno se imagina que esos equipos docentes están todo el día mirando blogs tipo "cómo ser un buen psicólogo sin que nadie se de cuenta de que eres un patán" o similares. Buena iniciativa, algún día crearé un blog de estos, quizá sobre musicoterapia, me gusta. Un saludo. 5:41 AM
 
Manolo dijo... 
 
Andrés, te animo porque la verdad es que un blog da vidilla. gracias por tu comentario. Yo cuando estudié Psicometría y me enseñaron los criterios para construir buenas pruebas,etc, entonces me sentí como cuando descubrí que los Reyes Magos eran los padres, o sea, que dije, tierra trágame porque hay cada chapuza... 9:58 AM
 
Paula dijo... 
 
Ay, el tema del examen perfecto Te leo, y se me enciende la sangre a mí también. Pero aquí vamos a disfrutar, y a reirnos a carcajadas, que para sufrir ya están esos momentos de desencriptar los jeroglificos con los que a veces lidiamos Un saludo 1:23 PM
maite dijo...  
 
hola manolo!!!vengo del durmiendo a mares...me quedo un rato leyéndote, un beso 3:05 PM
 
LE MOSQUITO dijo... 
 
¡Ay, Manolo! Y Que gusto poder decir "Manolo", Manolo en un mundo en el que estoy rodeado de "Llonatans", "Seilas" y, hasta "Sevensuís" (Sí, alguien puso el nombre de un supermercado a su hijo, de verdad). Me he reído leyendo las introducciones a tus artículos. Tanto que, literalmente, se me ha abierto una sonrisa de ojera a ojera (sí, ojeras de no dormir con tantas tristezas). Espero que tu blog, que a mi me ha servido para recordarme que debo visitar al dentista, sea un buen vehículo de comunicación y expresión para psicólogos (¿parapsicólogos...? Algo debí escribir mal.) De verdad: me he reído mucho. Gracias por tu visita a mi blog, por tus palabras y por llamarte Manolo. 1:17 AM
 
Manolo dijo... 
 
PAULA: ese es el rumbo que ha ido tomando el blog, el de reirme por no llorar a veces frente al examen. pero en esta entrada es que me hervía realmente la sangre... 
MAITE: he visitado tu blog y te he dejado un comentario en "en el bús". un abrazo 
LE MOSQUITO: si no estoy equivocado, Sevensuí es un nombre de origen guanche, relativamente común en Canarias, aunque eso no quiere decir que no me asombrara al escucharlo por primera vez. De todos modos eso no es nada comparado con el Yhavhé que vive en mi barrio, que cada vez que escucho a su madre llamarle en el super espero que aparezca la zarza ardiente o que el pasillo de los enlatados se abra en dos. Me alegra que mi nombre, que a mi me recuerda a Alfredo Landa en cine de barrio, te agrade. si me pongo en plan fino pido que me llamen Manuel, o en plan internacional-místico, Emmanuel. Y me alegra que te haya hecho reir, lo que no acabo de entender es lo del dentista ¿? 4:21 AM
 
LE MOSQUITO dijo... 
 
Hola, Emmanuel... verás, el nombre, que ahora sé que es de origen Guanche, lo escuché hace años en Tenerife... - Qué niño más mono. - Graciasss. - ¿Cómo se llama? - Sevensuí. - ¿Seven qué...? - Sevensuí. Se lo puse porque me gustó el nombre del supermercado del que soy clienta... - Ah. - ...Y significa "siete suizos" - Ah... Seven swuiss Total, que 14 años después me has revelado que la buena señora me toreó a base de bien. Lo del dentista viene dado porque, ya que reí, tuve la oportunidad de ver que mi dentadura necesita un repaso. Sólo eso. Saludos, Emmanuel Landa. 11:14 AM
 
Manolo dijo... 
 
LE MOSQUITO: pues me has puesto en duda, porque he buscado por ahí y no hay manera de encontrar el dichoso nombre, o sea, que al final vas a tener razón. Me alegra que te rieras, y tambien tus juegos de palabras (Emmanuel Landa, ¿quién lu hubiera dicho? 12:02 AM
 
LE MOSQUITO dijo... 
 
Tras los juegos de palabras (que algunas vecinas practican con fluidez, como he podido comprobar en tu entrada "psicología del comadreo") se esconden significados reales. Tomo como ejemplo el que citas: Emmanuel Landa... EmmanueL Anda inmerso en su blog. (Jesús, jesús, cómo tengo la cabecita a estas horas tempranas). 2:06 AM)
 

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